The story of María
Conocí a mi padre biológico a los treinta años, supe que yo podía ser portadora de hemofilia. Al paso de los años mi chico deportista de alto rendimiento comenzó a manifestar datos de lesión en su columna, nadie me escuchaba pues decían que los chicos se miraban muy sanos. A los 15 años el neurocirujano emitió el diagnóstico definitivo para mi hijo y fue un proceso difícil por la etapa de vida y la limitación permanente. Actualmente mi hijo cursa la universidad, aprendió a cuidarse y se encuentra estable después de algunos sustos como la hemorragia posterior a la extracción de sus terceros molares.